Nuestra fundadora y su ardua labor.

Escribir sobre la vida de Nydia Quintero de Balcázar inicialmente me planteó el difícil reto de retratar a una persona con innumerables facetas y una vida inmensamente rica en acciones sobresalientes. Tenía claro de antemano que su inagotable vocación de servicio a la comunidad establecería el tono de su perfil, pero no encontraba cómo lograr describirla a ella en todo su esplendor. Afortunadamente la clave no tardó en llegar, solo había que mirar de manera diferente. Siendo una persona que ha dedicado su vida al servicio social, su esencia hay que buscarla más allá de su persona. La historia de Doña Nydia en efecto tiene muchas caras, pero entre todas ellas construyen una única imagen, la de la gratitud de miles de personas cuyas vidas se han vistoafectadas positivamente por sus actos. Una historia más grande que la de la misma Fundación Solidaridad por Colombia.

Su infancia transcurrió en Neiva junto a sus padres, quienes le inculcaron un gran sentido de familia y el interés por contribuir a la causa social. Doña Nydia no duda en reconocer que fue en su propio hogar donde le sembraron su gran convicción: el de la importancia en la formación en valores. Esta ha sido su bandera, su lucha constante. Para ella, los valores son las raíces de donde germinan todas las demás acciones, cuyo carácter está inevitablemente ligado a la fortaleza con que estén arraigados.

Una mujer sería, analítica, perseverante y con un sentido exacto de la organización, a través de su ejemplo ha sido una inspiración para muchas personas que han logrado salir adelante a pesar de los duros obstáculos que la vida les ha planteado.

Doña Nydia durante más de 40 años estuvo al frente de todo lo que sucedía en la Fundación, inclusive cuando tuvo que afrontar uno de los momentos más difíciles de su vida tras la dolorosa muerte, en circunstancias conocidas por el país, de su hija Diana. Fue ella su gran cómplice y compañera en esta empresa. A pesar de su fortaleza, nunca escondió su dolor por la pérdida de su ser querido, por quien en honor a su recuerdo siempre viste de negro.

Atando los cabos de su vida, se entiende que doña Nydia vive en un círculo “virtuoso”, donde el trabajo que ha venido realizando incansablemente mostró sus frutos. Al presenciar el encuentro de Doña Nydia con uno de los antiguos beneficiarios del programa de becas Diana Turbay que ya hace aportes al país por medio de su ejercicio profesional y que multiplica lo aprendido en su familia y comunidad, es imposible no captar, de una parte, el orgullo y la satisfacción, y de la otra, una inmensa gratitud con la gestora que le brindó apoyo en el momento justo.

Si Nydia Quintero de Balcázar es una de las pocas primeras damas de la nación queridas y recordadas, es porque su trabajo por el país no terminó con su paso por la Casa de Nariño. Cada vida entorno a la historia de la Fundación es una muestra de ese compromiso que ha querido inculcar no solo en el equipo de la Fundación Solidaridad por Colombia o en sus beneficiarios antiguos y actuales, sino en cualquier colombiano que por un instante le preste atención, se contagie de su perseverancia y comience a soñar con ella.

LAURA ROJAS – DIRECTORA DE INNOVACIÓN

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